Ratas
RATAS
Próximamente las Trampas Adhesivas para Roedores Manchester presentarán un método alternativo para eliminar roedores y otros insectos sin el uso de venenos. El pegamento no contiene ningún producto químico, por tanto no daña a niños ni a mascotas. Son muy fáciles de usar, ya que vienen prontas para su colocación. Sólo debe colocar las trampas donde el piso se une con la pared en áreas donde andan los roedores, es decir, donde hay señales como pelo, excrementos u otros daños.
Acerca de las ratas:
Hay dos especies principales de ratas: la rata parda común o de Noruega (Rattus norvegicus horadadora), y la negruzca (Rattus rattus), trepadora, esta última huye si se siente amenazada, la de Noruega, en cambio ataca y muerde.
Las ratas comunes suelen construir hondas y espaciosas cuevas en primavera, por lo general cerca de lugares donde puedan hallar alimento, y permanecen en ellas hasta las primeras heladas del otoño, después de las cuáles se mudan a algún edificio. Estos animales pueden dar saltos de hasta un metro de altura y trepar por las superficies ásperas que les proporcionan buen apoyo. La rata negra, en cambio es más ágil y trepa por el tronco de un árbol, por una manguera, un cable y aún una pared. Hace su madriguera en los árboles, bajo un alero o en desvanes y buhardillas. Ambas comen todo lo que encuentran.
Los naturalistas dedicados al estudio de las ratas han determinado que para saber con cierta aproximación cuántas ratas hay en una casa y sus cercanías se debe tener en cuenta la siguiente regla: si nunca se ven ratas pero sí a veces sus excrementos lo probable es que su número sea inferior a 100, e incluso es posible que haya solo una; si se ven de vez en cuando sólo por la noche, nunca de día, lo probable que es haya entre 100 y 500 si se ven muchas de noche y varias de día, es posible que el número total está entre 1.000 y 5.000. Esto sucede en granjas donde las ratas devoran los alimentos, matan pollos y lechones. Existen muy pocos materiales de construcción que resistan a las ratas. Horadan la madera, roen casi todos los materiales de construcción y hasta pueden atravesar el aluminio.
Las ratas han sido responsables, directa o indirectamente, de las más terribles pestes que asolaron la humanidad. La peste bubónica, en un tiempo la enfermedad más temida del mundo, se trasmite a través de la picadura de la pulga de la rata común, pero el auténtico responsable de la enfermedad es un bacilo, Pasteurella pestis, que una vez en el flujo sanguíneo, origina hemorragias internas, dolor de cabeza, inflamación de ganglios linfáticos y fiebres elevadas. En la actualidad está controlada pero ocasionalmente resurge en algunas zonas de Asia, Africa y Sudamérica. En los últimos tiempos ha surgido una nueva amenaza, la del hantavirus. Esta enfermedad es transmitida por el ratón colilargo del sur, que solo es portador del virus y no se infecta por él. El contagio se produce al aspirar el virus que se encuentra presente en los excrementos del colilargo. Los síntomas de la enfermedad son similares a los de un cuadro gripal: fiebre, cansancio, dolores musculares, tos y vómitos y produce una grave alteración en la oxigenación al afectar los pulmones.
Las campañas de exterminio no disminuyen el número de ratas sino transitoriamente, y aún en las mejores condiciones nunca llegan a destruir más del 95 % de las ratas. Las pocas que quedan se multiplican con suma rapidez, y si no se continúa la campaña, al cabo de nueve meses o un año habría tantas como antes. La única campaña eficaz contra las ratas es una campaña que no termine nunca.